DUBLIN (IRLANDA)

Si algo define a la ciudad de Dublín, es el verde. Con ropas de este color se viste el Leprechaun, un duende travieso que habita en la capital de Irlanda para el disfrute de los más pequeños. 
La mejor forma de conocerla es callejeando y andando, es la mejor visión de este lugar fundado por los vikingos en el año 841 y al que denominaron Dyflin. Es una ciudad de grandes monumentos pero no impresionantes construcciones.
Custom House
Las oscuras aguas del río Liffey que parte a la ciudad en dos sin separar del todo ambas mitades en ningún momento. Sus puentes y, sobre todo, el Ha'Penny -medio penique- es una coqueta pasarela blanca de hierro llamada así porque ese era el precio que se cobraba antiguamente al que quería utilizarlo para salvar su cauce. Otro puente, el Butt recoge el grandioso edificio de las aduanas Custom House, es la imagen más representativa de la época en que Irlanda labró su historia a base de sangre y guerra.
Dublinia, es una exposición en la que se puede atender cómo era la vida de este pueblo de fama sanguinaria. El edificio situado junto a la Christ Church Cathedral, con la que está unida a un puente, recoge también el pasado medieval de la ciudad.
La oferta de Dublín es tan numerosa como elevada: parques que salpican la ciudad, el céntrico St. Stephen's Green es ideal para relajarse y tomar un helado mientras se escucha música del quiosco.
Los normandos establecieron su fortaleza en los terrenos que ahora ocupa el Castillo de Dublín que, durante siglos, fue símbolo de la denominación inglesa en la isla. En el se visita las inmensas salas como St. Patrick Hall y la neogótica Capilla Real. A escasos metros, la monumentalidad del neoclásico Ayuntamiento -City Hall- deja patente el cometido para el que fue diseñado el edificio. En esta zona se encuentra las dos catedrales de la capital: la Christ Church Cathedral y la St. Patrick's, dos templos medievales de azarosa historia, pero con cultos diferentes. La primera con una nave central, decorada con arcos góticos, da paso a la Capilla de San Laud, así como la curiosa cripta y el sepulcro de Strongbow. Y la segunda, es de culto protestante que entre sus muros fue deán Jonathan Swift, autor de los Viajes de Gulliver. Otra iglesia que no debes dejar de ver es la de Saint Audoen declarada monumento nacional por su torre, la más antigua de Irlanda. En su patio ajardinado, una escalares conducen hasta el Arco de St. Audoen, último vestigio de las puertas del Dublín medieval.
El barrio de Temple Bar, que tomó prestado su nombre de su antiguo propietario adquirió los terrenos pantanosos en torno al 1600 con la intención de atraer el comercial a la zona en la década de los sesenta, los comerciantes volvieron al Bar atraídos por sus bajas rentas y su magnífico emplazamiento, adquiriendo poco a poco ese aire bohemio. Sus calles empedradas repletas de casas de ladrillo rojo y coloridas puertas, sus comercios y sus deliciosos restaurantes.
El campanario con 30 metros de altura
se encuentra en la entrada del Trinity.
Si lo que te interesa son las compras no debes dejar de visitar el mercado cubierto de Great George St., con numerosos puestos de ropa de segunda mano, joyas antiguas, frutas y flores, y también Powerscourt Townhouse, antigua mansión georgiana reconvertida en centro comercial, con un encantador patio cubierto por una bóveda acristalada.
La zona más romántica está al sureste de la ciudad. La amplia explanada ajardinada del Trinity College, la universidad más antigua del país fundada por Isabel I en 1591 para civilizar a los irlandeses y alejarlos de la influencia papista. El principal punto de interés del complejo es la antigua Biblioteca y su Long Room, la gran sala que atesora más de 200.000 libros antiguos, incluido el Libro de Kells. Frente a la entrada principal del Trinity College, el edificio georgiano del Banco de Irlanda construido en su origen para albergar el parlamento nacional en la época de dominación británica.
La arteria comercial más importante de Dublín es Grafton Street, la calle más elegante y bulliciosa donde los comercios, calles, restaurantes, pubs la jalonan el constante gentío que la recorre hasta su intersección con Nassau Street, donde se encuentra la estatua de bronce de Molly Malone, la mítica vendedora ambulante protagonista de una famosa canción popular. Cerca se encuentra el St. Stephen's Green, un parque ajardinado de nueve hectáreas de césped y jardines que está lleno en los días de verano.  A este espectáculo se une las tiendas de las mejores marcas y las especializadas en productos culinarios. Toda una fiesta que se prolonga en las calles paralelas Dawson y Kildare Street.
La National Gallery alberga una amplia colección de obras de arte de las principales escuelas europeas. Caminando por una amplia avenida llegas a Merrion Square, una de las plazas georginas mas encantadoras y también más grandes de la ciudad.
En el barrio al norte de Liffey encontrarás O'Connell Street, un amplio boulevard de comercios, de fincas centenarias y avenidas ajardinadas. También podemos encontrar la histórica Oficina Central de Correos, escenario de la proclamación de la República de Irlanda por parte de Patrick Pearse.
La zona de Docklands se ha podido diseñar la parte más moderna de la capital, en la desembocadura del río Liffey. Aquí el puerto, todavía en la parte sur de la ciudad y bordeando el río, donde uno descubre otro lugar de arquitectura innovadora del arquitecto español Santiago Calatrava, con sus dos puentes de diseño, a modo de gigantes arpas blancas sobre el río; el CHQ, un centro comercial hecho sobre un edificio del siglo XVII. El Gran Canal Square puede parecer una equivocación de la historia, pero el nuevo Dublín crece aquí con el nuevo teatro construido por uno de los arquitectos estrella: Daniel Liebskind.
Cómo llegar
- Aerlingus y Ryanair. El aeropuerto está situado a 10 kilómetros al norte de la ciudad.
Cómo moverse
- Metro: la capital no dispone de metro, pero si de un servicio de tren eléctrico Dart con 28 estaciones repartidas del norte al sur de la ciudad.
Dónde comer
- Bewley's Oriental Café en Grafton Street, 78-79 de Dublín. Los mejores desayunos de Dublín. Sus panes, pasteles y sopas con una delicia.
- No hay que olvidar lo tradicional: Fisch and chips (pescado y patatas fritas) y scones (bollo de mantequilla).
- Café-en-Seine 40 Dawson Street de Dublín. Este local tiene un aspecto de bar parisino belle époque.
- The Church una antigua iglesia convertida en bar, restaurante y discoteca que merece la pena dejarse caer.
- Corfu Greek Restaurant en 12 Parlament Street, Dublín
- Nancy Hands Pub en 30-32 Parkgate Street, de Dublín 
Imprescindible
- National Gallery. Con una amplia colección de arte europeo e irlandés. Entrada gratuita
- Biblioteca del Trinity College. Long Room se conservan dos hileras de antiguas estanterías de roble con más de 200.000 libros. También podrás visitar la colección del Libro de Kells, del 800 d.C. Entrada: 9€, aceptan carnet de estudiante internacional.
- Kilmainnham Gaol. Una antigua prisión victoriana reconvertida en museo. Entrada: 4,50€, aceptan el carnet de estudiante internacional.
- Temple Bar. La zona más animada y bohemia del a ciudad. Los sábados se celebra un pequeño mercadillo de alimentos ecológicos/orgánicos en Meeting House Square, en el corazón del mismo barrio
Compras
- Jam Art Factory arte contemporáneo y diseño en 64/65 Patrick Street, Dublin www.jamartfactory.com
- Konfusion 5d Crown Alley, Temple Bar en Dublin 2. www.konfusion.ie

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